Buenos Aires, 26 de abril
Día Mundial de la Propiedad Intelectual*
 
 
 

El titular de Softwarelivre Brasil y asesor de la campaña 2.0 del Partido de los Trabajadores, Marcelo Branco, aseguró que el modelo de propiedad intelectual imperante sólo sirvió para que aumente el control de los países del hemisferio norte sobre la distribución de obras culturales. “Internet es una amenaza al modelo de copia industrial con intermediarios del Siglo XX pero no es una amenaza para los autores”, reflexionó el especialista en medios y nuevas tecnologías.

 

Agenda Digital: ¿Es necesario regular el consumo de contenidos con copyright disponibles en Internet?

Marcelo Branco: En principio hay que hacer una introducción para saber de qué se habla en la región. Los gobiernos de Argentina y de Brasil hace algunos años armaron lo que se conoce como la Agenda para el Desarrollo. Una agenda dentro de la agenda internacional de la propiedad intelectual. La idea es proteger las obras. Este proceso de proteger la propiedad intelectual tenía dos objetivos: En primer lugar la innovación y el segundo es que los creadores, a través de una renta por su creación de propiedad intelectual, tengan el estimulo para seguir innovando. Las reglas actuales de la propiedad intelectual son para mantener el control de los países del hemisferio norte y controlar las creaciones de los países bajos en vías de desarrollo. Los países que están por debajo de la línea del Ecuador. Que quiero decir con eso, hoy la reglamentación internacional de la propiedad intelectual está al servicio de un formato, de una estructura de propiedad intelectual que sirvió principalmente a los Estados Unidos y algunos países de Europa en detrimento históricamente de países como Brasil y Argentina. La idea clásica de la propiedad intelectual, de la era industrial fue de concentrar poder.

 

AD: ¿Se puede modificar esa estructura que de propiedad intelectual que señala?

MB: Hay una política internacional que tiene como  alianza a los países de Brasil y Argentina,  que están planteando un cambio de la actual estructura de la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI), y eso es lo señalé antes: la Agenda para el Desarrollo. Cuál es la idea de esto. Bueno, en la forma clásica de protección de la propiedad intelectual, la mayoría de las patentes de los derechos, se quedó principalmente con las empresas estadounidenses y algunas empresas españolas. El surgimiento de Internet cambia el concepto de propiedad intelectual principalmente porque si  en la Era Industrial las patentes eran un bien de acumulación del capital, ahora no lo son más. Las grandes corporaciones, sean nacionales o extranjeras  tienen un reto y llama a la apertura. La idea de “empresas abiertas”.  La idea es que la innovación esté hoy  en todos los escenarios, no solamente en los tecnológicos. La innovación está distribuida en la red en escala global. La innovación no se queda dentro de una organización o dentro de un centro de investigación gubernamental  o solamente dentro del departamento de innovación y desarrollo de las grandes compañías. Hace quince años que se cambió, la gran parte de la innovación, se da a partir de innovadores o creadores distribuidos en escala global que colaboran entre si y comparten esta innovación. Por eso es que es mucho más acelerado el crecimiento de las empresas. Voy a dar un ejemplo: la propia Internet. Hoy no hay nada que haga que Internet funcione desde el punto de vista tecnológico, su protocolo IP, la Web, el e-mail…. Toda la arquitectura tecnológica de Internet no fue creada a partir de una innovación cerrada. Es todo fruto de la innovación abierta. Nada de lo que hace que funcione Internet tiene patentes. No son patentadas. El protocolo IP es de uso universal y un bien público, el “www” es la web es un bien universal. No están patentados, todos lo pueden utilizar de la forma que consideren que es mejor a su entender. Y el Software Libre, que es la plataforma principal del desarrollo de las aplicaciones de  Internet, también tiene ese concepto de innovación abierta. Es un reto para países como Brasil, Argentina, India, China, intentar la construcción de un escenario internacional, apostar sus modelos de desarrollo a la innovación abierta y no solamente el concepto anterior de la acumulación de patentes, porque el modelo cerrado de patentes no beneficio a nuestros países. Por el contrario acumuló patentes y dio innovación a otros países principalmente a los Estados Unidos. Hay hoy también intereses en empresas norteamericanas y europeas, que tienen el gran reto de intentar un nuevo camino que tenga como regla la innovación abierta. Entonces, el reto hoy es la apertura, la colaboración, porque eso genera la innovación mucho más rápido que la innovación cerrada en base de las patentes de la propiedad intelectual pagas.

 

AD: Con respecto a las regulaciones de los usos en Internet ¿Cómo se encuentra Brasil jurídicamente?

MB: En Brasil hay dos grandes leyes, una que fue enviada por la presidenta Dilma (Rousseff) el 25 de agosto del año pasado, que se llama Marco Civil de Internet. Es un reglamentación de toda la Internet brasileña que ahora está en debate en el Parlamento, en ambas cámaras. La propuesta que hizo la Presidenta al Parlamento es en base a un marco regulatorio de Internet totalmente abierto de la libertad de los derechos civiles y la libertad de compartir a través de la red. Es una de las legislaciones más modernas del mundo, por lo tanto nosotros que pertenecemos a la sociedad civil estamos apostando mucho en que el Parlamento  apruebe el Marco Civil de Internet que es un marco regulatorio muy avanzado comparado con la tendencia conservadora en todo el mundo en relación a Internet.

 

AD: ¿Cree que en el plano internacional se avanza hacia un mayor control sobre las obras culturales que circulan?

MB: Las empresas discográficas, las sociedades de gestión de derechos de autores, que son las recaudadoras, la industria del cine -principalmente del norteamericano- y las grandes editoriales ejercen presión para que Internet sea controlada con vigilancia y carácter de privacidad permanente. Eso es en todo el mundo. En Argentina, en Brasil, en toda Europa. ¿Qué quieren ellos?  Quieren, por ejemplo, que una asociación antipiratería vigile a todos los internautas de forma indiscriminada, violando la privacidad sin ningún tipo de mandato u orden judicial. Intentan imponer medidas de control de los archivos que se utilizan en la red. Hay ejemplos internacionales como las leyes PIPA SOPA y todas esas que violan la privacidad de la gente. Básicamente esas legislaciones violan los derechos civiles. Sólo son útiles bajo una orden judicial, si alguien tiene la sospecha de que alguien está cometiendo un crimen. En un mundo en democracia sólo se lo detiene dentro de un mandato u orden judicial. Con Internet debería pasar igual. Si alguien está cometiendo un crimen en la red o en la vida real hay derechos civiles que deben ser respetados realizando una investigación judicial. Esas leyes le dan entidad y autoridad a los proveedores de Internet hagan uso a partir de una denuncia cierta o no. Desde el punto de vista del Estado de derecho eso no es aceptable. Con el discurso de proteger la propiedad intelectual violan los derechos civiles de privacidad de los individuos. Por lo tanto mi punto de vista es que todo lo compartido a través de la red, sea de obras protegidas de copiado u obras libres, si no tiene objetivos comerciales si es compartir por compartir, deben ser legalizados. Es un derecho que tenemos. Hace muchos años con los discos de vinilos uno los podía escuchar y después intercambiar por la calle para escucharlo con nuestra abuela, con los tíos, no era algo prohibido. ¿Por qué ahora no se puede hacer eso con  Internet? Mi posición es entonces que ese intercambio, si no tiene un objetivo comercial, si es “puerto a puerto” (P2P), tiene que ser libre, no tiene que tener ningún tipo de regulación que prohíba estas acciones. Es algo personal entre dos personas que comparten archivos, no hay intereses comerciales ahí.

 

AD: ¿Qué representan las nuevas tecnologías para los creadores?

MB: Todo músico, productor, autor de documentales y películas podría tener su obra para exhibir al gran público sólo si la industria lo permite. Sólo si hay un intermediario entre el creador y el público. En el pasado era el único que tenía la tecnología de copia y el monopolio de la distribución. Un intermediario establece las reglas para toda la cadena productiva. Lo que ocurre a partir de Internet es que las copias ya no son las industriales, no son materias. Cada uno puedo hacer una. De ahí que ya no son más necesarios los intermediarios que a partir de la extracción de la materia prima podía tener el monopolio de la copia. Por lo tanto, esa industria que hacía copias, la distribución y la logística carísima para llegar a todas las tiendas y distribuir por todo el país se evaporó con Internet. Porque los productos digitales inmateriales no necesitan de tener una industria para hacer copias y de alguien que tenga el monopolio de la distribución. La cadena productiva de obras no necesita más intermediarios. Por supuesto que siempre va a ser necesaria la creación de espacios, por ejemplo, para los agentes o los publicistas. Pero abre nuevas posibilidades a los autores de divulgar su obra a través de Internet. El caso de la música es claro. ¿Qué busca una artista? Lo que busca es ser conocidos e Internet da esas posibilidades. Más conciertos, más ventas de entradas. Por eso Internet es una amenaza al modelo de copia industrial con intermediarios del Siglo XX pero no es una amenaza para los autores. Por lo contrario, hay estudios recientes de la Universidad Económica de Londres que comprueba que los autores no están perdiendo con Internet, por el contrario es un aliado para que sus obras puedan ser difundidas de una forma mejor. La llegada es mejor hacia un público mayor.